Una comunidad indígena de Ecuador latigueó en público
a un joven aborigen al que hace una semana había sentenciado a
muerte al ser juzgado por ahorcar a otro, informó el lunes la prensa
ecuatoriana.
El caso, que se registró en el centro de la sierra
andina y por el que cuatro acusados de ser cómplices del crimen ya
fueron azotados hace una semana, se desarrolló dentro de la
denominada “justicia indígena”.
El presunto asesino, identificado como Orlando Quishpe,
permaneció retenido desde el 9 de mayo en la comunidad La Cocha, en
la población de Zumbahua (90 km al sur de Quito), acusado de matar a
Marco Olivo, de 21 años.
Tras advertencias de las autoridades sobre la gravedad
del primer dictamen, de ahorcar a Quishpe, los dirigentes de La Cocha
deliberaron otra vez el domingo y resolvieron desnudarlo para
flagelarle en público con 15 latigazos.
Además le obligaron a cargar un pesado saco de tierra
y atado a maderos fue azotado con ortiga y bañado en agua fría en
medio del páramo antes de ser entregado a sus familiares. “Pido al
pueblo que me disculpe, pero yo nunca he matado a nadie”, afirmó
el castigado a través de un altavoz.
El acto de justicia por mano propia, dentro del cual el
acusado deberá cumplir trabajos comunitarios durante cinco años,
incluyó la quema de la ropa que llevaba Quishpe cuando supuestamente
cometió el asesinato y que lo identificada como rockero, según los
dirigentes.
En Ecuador se han registrado otros casos de “justicia
indígena”, en uno de los cuales un supuesto delincuente sobrevivió
tras ser quemado vivo en 2009.
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